aperturas psicoanalíticas

aperturas psicoanalíticas

revista internacional de psicoanálisis

Número 004 2000

Melanie Klein, hoy

Autor: Barugel, Nora

Palabras clave

Hoy, Melanie klein.

Introducción

        Siendo que resulta muy dudoso intentar reflejar el estado actual de la teoría Kleiniana en distintas regiones del mundo, ya sea por la falta suficiente de información al respecto o por la imposibilidad de acceder a la comprensión más profunda de las variadas diversidades socioculturales que va adquiriendo la teoría, me voy a referir a lo que creo es el estado actual del corpus kleiniano principalmente en Argentina.

        Se puede encarar el estado actual de la escuela kleiniana desde el punto de vista de la evolución de la teoría de Melanie Klein en sí misma y desde la perspectiva de la situación de esa teoría en cuanto a su uso en la comunidad psicoanalítica a lo largo del paso del tiempo.

        En la Argentina, por ejemplo, la aplicación de la teoría kleiniana por parte de la comunidad psicoanalitíca ha planteado interesantes problemas: el fenómeno kleiniano en Buenos Aires ha tenido, como tantas otras manifestaciones en esta ciudad, un explosivo y prolongado boom inicial. Buenos Aires, al principio fue kleiniana. Así como en la actualidad los aires de la ciudad son decididamente lacanianos, en su inicio, alrededor de los años cuarenta, la raíz del pensamiento psicoanalítico argentino partió de Londres, y con los aportes invalorables de Arminda Aberastury, de Heinrich Racker , de Angel Garma , seguidos por los de Horacio Etchegoyen, Benito Lopez, Joel Zac, León Grinberg, y tantos otros, la teoría kleiniana ocupó un lugar relevante y vivió un apogeo notable en las décadas del sesenta y setenta.

        Pero no sólo se hizo un fructífero uso de la teoría de Melanie Klein sino que, lamentablemente, junto con el auge inicial, se hizo uso y abuso de ella, restándole parte de vitalidad que al principio tenían muchos de sus conceptos. Además, con frecuencia, se la aplicó sin entenderla en profundidad, lo que la condujo a un cierto estado de simplificación y banalización que la desvió de su riqueza disruptiva y creativa inicial.

        En cuanto a la situación actual de la teoría en sí misma,  tal como creo sucede con tantas otras, se produjeron avances, ampliaciones y nuevos aportes que la hicieron  progresar y la enriquecieron pero también sucedieron dogmatizaciones esterilizantes, y hubieron muchas modificaciones que, a través del tiempo, causaron también cierto empobrecimiento. Creo que por ejemplo, a lo largo del camino, algo de la primera fuerza de la concepción de Melanie  Klein, su pasión y su potencia, se fue perdiendo, en el afán de los que la siguieron de llevar las ideas kleinianas a un nivel más elevado de abstracción.

        Por ejemplo, en ese intento más alto de conceptualización, se perdió de vista hasta cierto punto la impronta corporal del vínculo objetal. En su inicio, Melanie Klein sustentó sus teorizaciones en la base empírica dada por la clínica y en especial en la atención prestada a observación detallada de la relación del niño con el cuerpo fantaseado de la madre. Al respecto, es Donald Meltzer el que retoma, con su rica descripción de lo que él denominó el punto de vista geográfico esa relación esencial del niño con el cuerpo de la madre.

Aportes básicos iniciales de Melanie Klein

        Voy a enumerar brevemente las que considero son las ideas kleinianas fundamentales para luego plantear cuáles fueron  los aportes ulteriores.

        Las ideas iniciales kleinianas se sustentaron en las de Freud. Tal como lo plantea Bion en las “Conversaciones de New York”, Melanie Klein solía decir que ella no era una analista “kleiniana”, que  era solamente una psicoanalista trabajando a lo largo de las mismas líneas de Freud.  Protestaba porque se la tratase de “kleiniana”. Pero, afirma Bion que, tal como Betty Joseph le solía decir, ella ya era gustase, le gustase o no, una “kleiniana”, estaba condenada a ser una “kleiniana”.

        Las propuestas básicas del pensamiento kleiniano inicial, postuladas por Melanie Klein y por pensadoras como Susan Isaacs, Joan Riviere, Paula Heimann y otras, giraban alrededor de:

        a) La conceptualización de la existencia de relaciones de objeto tempranas.
        b) La presencia de un Complejo de Edipo temprano.
        c) Una apoyatura en la fantasía inconsciente y en las emociones.
        d) Un énfasis en la interpretación de la transferencia, con una atención especial hacia la transferencia
             negativa.
        e) El desarrollo del concepto de identificación proyectiva.
        f) La teoría de las posiciones y el estudio de los fenómenos de duelo.
        g) El desarrollo de la teoría del instinto de muerte y de la teoría de la envidia.
 

Desarrollos ulteriores de la teoría kleiniana

        Los desarrollos posteriores vinieron de la mano de pensadores como Wilfred Bion, Donald Meltzer, Betty Joseph, Hanna Segal y  Esther Bick,entre otros, y en nuestro país contamos con los importantes aportes de autores como Heinrich Racker, León Grinberg, David Liberman, Joel Zac, Horacio Etchegoyen y Benito López.
Inicialmente, las ideas de los seguidores de M. Klein se desplegaron en torno a las implicancias clínicas y teóricas del rico concepto de identificación proyectiva y, en menor medida, el de Complejo de Edipo temprano.

        Siguieron luego las investigaciones relativas al concepto de duelo, y, por extensión, su participación en una teoría del pensamiento.

        Voy a tomar estas líneas de desarrollo para tratar de rastrear los inicios de las actuales líneas del pensamiento kleiniano y en lo que se dio en llamar la línea postkleiniana:

        a) A partir del impacto del trabajo de M. Klein de 1946 “Notas acerca de algunos mecanismos esquizoides”, surgió un rico campo de investigación alrededor de la fenomenología y las implicancias del concepto de identificación proyectiva.

        La profundización en el estudio de teoría condujo, entre otros desarrollos, a la investigación de los trastornos de la identidad: la grandiosidad, la omnisciencia, la pseudomadurez.

        Asimismo, posibilitó la investigación del fenómeno del claustro: a partir de la idea de que existe un espacio dentro de la madre interna que, cuando es invadido intrusivamente por la identificación proyectiva, aparece cargado de ansiedades claustrofóbicas y agorafóbicas, configurándose lo que Meltzer denominó un claustro, con cualidades y leyes propias que tienen implicancias de sumo interés para la clínica. Desde esta perspectiva, se considera  que las experiencias emocionales del hombre entran dentro de varias grandes categorías según la naturaleza del espacio en el cual se siente que tienen lugar, describiéndose tres ámbitos de emocionalidad que se desarrollan al penetrar el sujeto dentro de la madre interna. Dadoque este cuerpo de la madre interna tiende a ser dividido en tres grandes regiones, puede entonces verse emerger tres ámbitos de emocionalidad claramente diferenciados: un cielo de felicidad dentro de los pechos, un jardín de sexualidad y reproducción en sus genitales y un infierno muy atractivo de perversidad y sado-masoquismo en su recto. La identidad que adquiere el sujeto al habitar cada uno de estos ámbitos abre un interesante campo de estudio en relación a la patología del carácter y sus aplicaciones a los trastornos de la identidad.

        b) La ampliación del concepto de transferencia llevó a considerar este fenómeno como una externalización de la realidad psíquica y de las relaciones de objeto internas bajo la presión de la operación inmediata del impulso y de la ansiedad, y ya no meramente como la presentificación del pasado bajo el empuje de la compulsión a la repetición.

        Este nuevo punto de vista posibilitó el estudio detallado de la contratransferencia, en especial en base a los aportes de Paula Heimann, Betty Joseph y, en Buenos Aires, a los de Heinrich Racker en los sesenta y de Leon Grinberg en los setenta.

        Si bien Melanie Klein fue reacia a incorporar explícitamente el concepto de contratransferencia, los desarrollos acerca de este instrumento que realizaron sus seguidores, estudiando el interjuego entre identificación proyectiva, transferencia y contratransferencia -la transferencia como situación total- dieron como resultado un importante avance en la investigación de la relación analista paciente y el papel del terapeuta en el proceso psicoanalítico.

        c) Los desarrollos en la teoría de las posiciones, en especial los de la posición depresiva y la teoría del duelo, fueron desplegados en los aportes de W. Bion con una novedosa teoría del pensamiento y en los aportes de D. Meltzer con la descripción de la teoría de la identificación introyectiva.

        En la teoría del pensamiento que propone Bion se postula  que por medio de una función, la función alfa, que lleva a cabo la madre real (y luego la madre introyectada) se ejerce la función de pensar por el bebé. Bion describió así un aparato para pensar los pensamientos, un aparato que crea los pensamientos que son necesarios para ser manipulados en un proceso que será llamado “pensar”. Se conciben así pensamientos sin pensador, en busca de un continente para ser “pensados”.

        Este autor plantea que el proceso de aprender de la experiencia por medio de la ayuda de los pensamientos y del pensar se puede hallar obstruido por la incapacidad de tolerar la frustración y el dolor depresivo que se genera ante la presencia de la realización negativa. Aparecen la omnipotencia y la omnisciencia, como un substituto del apareamiento de una preconcepción con una realización negativa.
Bion arriba, con su teoría del pensamiento, a una importante extensión de la teoría kleiniana: así como Melanie Klein postula la presencia del objeto como contenedor del dolor mental, Bion postula una nueva función de la madre como portadora de verdad, y sugiere así que el aparato mental necesita de la verdad así como el cuerpo requiere de alimento.

        El segundo aporte, el de la teoría de la identifición introyectiva, conceptualizado por Donald Meltzer, se ocupa de un tipo de identificación, la identificación introyectiva, que se halla estrechamente ligada al grado de integración depresiva de los objetos internos. Meltzer plantea que el objeto combinado así configurado, en determinadas circunstancias, funciona como un polo aspiracional que tiende a la identificación introyectiva.
Esta modalidad identificatoria es de importancia puesto que constituye el modo de inicio de la parte adulta de la personalidad en la estructura mental y, además, es un prerrequisito fundamental para el funcionamiento mental creativo.

        d) La teoría del vínculo temprano dio lugar a las descripciones de los fenómenos de “segunda piel” que aportó Ester Bick, y a los de la identificación adhesiva, por parte de Meltzer. La formación de la identidad por medio de mecanismos más primitivos como el de la identificación adhesiva, que entraña una fantasía omnipotente de quedarse pegado sobre la superficie del objeto, permitió el estudio de un tipo de trastorno de la personalidad que se caracteriza por la superficialidad, la inconsistencia y el fácil colapso ante la ausencia del objeto, la personalidad “como sí”, o, en casos más patológicos, el autismo o muchos estados “borderline”.

        e) La relación con el pecho y el interior del vientre de la madre, tan caras a Melanie Klein, dieron lugar a los ricos desarrollos del conflicto estético, que conceptualizó Meltzer.

        f) La teoría del instinto de muerte y de la destructividad y la envidia, se desplegaron en el concepto de organización narcisista de la personalidad, la formación de las pandillas, los aspectos delincuentes de la personalidad y en el estudio pormenorizado de las organizaciones mentales perversas.

        La conceptualización del concepto de la pandilla se ha desarrollado a partir de nuevas ideas acerca de la estructura de la mente y las organizaciones mentales patológicas. La formación de la pandilla se halla sustentada en el sistema  delincuente de la partela estructura mental. Su punto de partida se encuentra en un objeto más destructivo o con mayores identificaciones negativas, lo que configura un personaje, el “outsider”, que sustenta su accionar en el saqueo de las riquezas de la madre.

        Dicho personaje funciona en base a la constitución de una constelación emocional en el cual el gran enemigo de la pandilla es la familia. Así como la constelación familiar se establece alrededor de ciertas funciones del objeto combinado -generar amor, promover esperanza, contener el dolor depresivo y pensar-, por lo contrario, la agrupación tipo pandilla se establece a partir del “outsider” que, como contrapartida, proclama el odio, siembra desesperanza, emana persecución y crea confusión.

Desarrollos ulteriores en la clínica y en la técnica kleiniana

        Pienso que algunos de los cambios más notables con respecto al desarrollo del psicoanálisis de los últimos tiempos  provienen de la evolución de la clínica kleiniana. Su estudio del proceso psicoanalítico y de la interacción analista-paciente han sido determinantes en cuanto a la evolución de la teoría de la técnica en la actualidad.

        Tal como lo plantean Elizabeth Spillius en “Melanie Klein Today” y R. D. Hinshelwood en “Clínica Kleiniana”, se puede decir que en el presente los psicoanalistas kleinianos pueden ya delinear un desarrollo de la teoría puntuado por etapas, en las cuales diferentes tipos de pacientes han sido el foco de la investigación. Así como Melanie Klein partió de la observación  de la actividad de los niños para desarrollar su técnica del juego, el estudio ulterior de los pacientes con estados depresivos, de los esquizofrénicos con mentes fragmentadas y de los pacientes borderline de difícil acceso abrieron nuevos y ricos campos de investigación. Por ejemplo, el trabajo con psicóticos ha afinado el estudio del estado de la integración del self y de las funciones mentales del paciente. Asimismo, dicho trabajo con psicóticos abrió el campo de la investigación de los trastornos del pensamiento.

        En cuanto al modo de abordaje de los pacientes, se podría decir que ha habido una evolución desde la modalidad interpretativa que desplegaba Melanie Klein hasta la actualidad: en los inicios, el abordaje se realizaba por medio de lo que se describía como “interpretaciones profundas”, las que apuntaban a tomar contacto directamente con las ansiedades tempranas del paciente -las ansiedades psicóticas.

        Con el tiempo, se fue implementando una aproximación más compleja,  un mayor cuidado por la estrategia interpretativa, tal como lo ejemplifican en la actualidad los desarrollos de Horacio Etchegoyen. en lo atinente al estudio del “testero” (puesta a prueba) de la interpretación. Este autor sostiene que la interpretación puede ser “testeada” en la sesión si se la ofrece como una hipótesis para que el analizado decida sobre su validez o falsedad. Las asociaciones del paciente llevan un juicio inconsciente sobre lo que se acaba de interpretar y dicho efecto refuta o confirma la hipótesis que el terapeuta propone a través de su interpretación.
Asimismo, se relativizó el papel preponderante de las intervenciones del analista que se ocupaban especialmente de los impulsos destructivos del paciente, y se llegó a un intento de formular interpretaciones equilibradas que den el mismo énfasis a los sentimientos de amor.

        Por último, la idea de una relación entre un continente y un contenido que tan fructíferamente estudió Bion, abrió la puerta a nuevos desarrollos en la clínica. Así Meltzer introdujo, en su descripción del proceso psicoanalítico, la idea de una nueva función en el analista, una función continente, un “pecho-inodoro” que modula entonces  la ansiedad del paciente. De este modo, además de la función de pecho nutricio que describió M. Klein, el psicoanalista se propone como un objeto que, al ejercer la función alfa, es capaz de comprender y transformar las emociones primitivas del paciente y de proporcionar una forma de verdad que actúa como el alimento que se necesita para el crecimiento y el desarrollo mental.
 

Problemáticas y cuestionamientos a partir de los nuevos desarrollos kleinianos

        Tal como he señalado anteriormente, se puede decir que en los últimos años, ha habido un desarrollo importanteen los conceptos y formulaciones de Melanie Klein. Tomando como base a la teoría kleiniana clásica, se han producido ampliaciones, cambios y algunas modificaciones. Pero estos nuevos desarrollos abrieron también nuevos interrogantesy puntos de controversia en la escuela kleiniana actual que se observan en el ámbito de la metapsicología, de la clínica, de la técnica, entre otros. Trataré en este apartado de señalar algunos de estos cuestionamientos.

        Un giro importante en la teoría kleiniana tuvo que ver con una modificación del énfasis puesto en la destructividad que muchas veces sustentaba en sus inicios dicha teoría, y una consiguiente revalorización del papel de los sentimientos de amor en el desarrollo.

        Este último enfoque trajo consigo el estudio de una modalidad de identificación proyectiva puesta al servicio de la comunicación, que lleva aparejada el desarrollo de otro aporte teórico importante, la concepción de la función continente de la madre, la función alfa, su capacidad de “reverie”, o sea, su capacidad de contacto emocional con los sentimientos que el bebé le transmite. Pero este aporte original también introdujo un nuevo problema, puesto que la idea de la función alfa ejercida en un primer momento por la madre real, plantea un controversial enfoque acerca del lugar del  objeto externo en el desarrollo de la mente del sujeto.
Otro giro teórico importante tiene que ver con la mayor comprensión de los diversos fenómenos involucrados en la teoría de la identificación proyectiva, que vino acompañada de la apertura a nuevos puntos de discusión, fruto de los problemas que fueron apareciendo. Por ejemplo, es importante destacar la concepción de Bion sobre la identificación proyectiva realista, o sea la idea de un mecanismo que involucra la existencia de un bebé que tiene una cierta noción muy temprana de la presencia de un objeto continente en donde alojar lo que proyecta por medio de la identificación proyectiva. Esta noción de identificación proyectiva realista abre nuevos cuestionamientos, puesto que implica la presencia de un psiquismo temprano mucho más desarrollado del que habitualmente se concibe, aún por los mismos kleinianos.

        Curiosamente, a su vez, el concepto de identificación adhesiva anteriormente señalado, al ser llevado al orden de un modo de funcionamiento existente en todos los sujetos, introduce una problemática casi opuesta: al proponer la idea de una no concepción de espacio interno inicial, paradójicamente presupone la necesidad de un mayor trabajo previo para el desarrollo de la noción de interioridad del objeto del que habitualmente se plantea en la escuela kleiniana clásica.

Bibliografía
Bick, Esther (1968) “The experience of the skin in early object relations”, International Journal of Psychoanalysis, vol. 49, pags 484-6 (Revista de Psicoanálisis, vol 27, 1970, pags 111-7)

Bion, Wilfred R. (1954) “Notes on the theory of schizophrenia”, International Journal of  Psychoanalysis, vol 35, pags113-8.

________(1962) Learning from experience. Londres: W. Heinemann.

________(1970) Attention and interpretation. Nueva York: Basic Books.

Del Valle, Elsa (1979) La obra de Melanie Klein. Buenos Aires: Kargieman.

Etchegoyen, Horacio ( 1981) Instances and alternatives of the interpretative Work. International Review of Psychoanalysis, vol 8, pags. 401-21.

________(1986) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Amorrortu.

________(1999) Discurso con motivo de la recepción del Sigourney Award. New York, Diciembre de 1999.

Hinshelwood, R. D. (1999) Clínica kleiniana. Valencia: Promolibro.

Joseph, Betty (1975) The patient who is difficult to reach, en Peter L. Giovacchini, ed., Tactics and techniques in psychoanalytic therapy, Nueva York ap. 6.

Klein, Melanie (1980) Obras Completas. Buenos Aires: Paidós.

Meltzer, Donald (1967) The psychoanalytical process. Londres:Heinemann.

Racker, Heinrich (1960) Estudios sobre técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós.

Segal, Hanna (1981) The work of Hanna Segal. A Kleinian approach to clinical practice. Nueva York: Aronson.

Spillius, Elizabeth (1988) Melanie Klein Today. London: Tavistock/ Routledge.






 

Sponsored Links : Shoppers Drug Mart Flyer, Best Buy Flyer, Safeway Flyer, Lidl Prospekt, Media-Markt Prospekt