aperturas psicoanalíticas

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revista internacional de psicoanálisis

Número 074 2023

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Cinco relevantes concordancias entre la teoría evolucionista y el psicoanálisis de Melanie Klein. Aplicación en el test del kayak

Five relevant concordances between evolutionary theory and Melanie Klein

Autor: Achotegui, Joseba

Para citar este artículo

Achotegui, J. (2023). Cinco relevantes concordancias entre la teoría evolucionista y el psicoanálisis de Melanie Klein. Aplicación en el test del kayak. Aperturas Psicoanalíticas (74), artículo e2. http://aperturas.org/articulo.php?articulo=0001231

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Resumen

En el artículo se muestran las relevantes concordancias que existen entre el evolucionismo y el psicoanálisis de Melanie Klein, a pesar de que aparentemente son planteamientos muy alejados. Se señalan cinco grandes puntos muy relevantes de concordancia.  La importancia de la vida relacional en la estructura del funcionamiento mental. Nuestro cerebro es 7 veces mayor del que nos correspondería, y lo es para poder manejar nuestra complejísima vida social. Somos una especie eusocial, como las abejas o las hormigas, pero tenemos autonomía y libertad con muchísimas emociones, fantasías, vivencias. Melanie Klein señala cómo desde el nacimiento los impulsos buscan la relación con el objeto, nuestro mundo es relacional. El trastorno mental en gran parte es la expresión de problemas relacionales y hay un continuum entre salud mental y trastorno mental. En el modelo evolucionista se plantea que nuestra mente se construyó para la vida en comunidad pero que esta vida social crea muchas tensiones emocionales. Considera Melanie Klein que en la ansiedad es fundamentalmente una expresión de agresividad.  Las dos teorías consideran al juego como un entrenamiento y una expresión de emociones y aprendizaje de la vida en común. Para Melanie Klein el juego es un elemento central en su modelo de tratamiento psicoanalítico. Las dos teorías consideran que el bebé tiene intensas vivencias en relación a su situación de dependencia y a sus vínculos con sus cuidadores y con la comunidad.  En el modelo evolucionista la teoría competición-colaboración, y la teoría kleiniana la teoría envidia-gratitud comparten la perspectiva de que el manejo de la agresividad es clave en la salud mental.

Abstract

The article shows the relevant agreements that exist between evolutionism and Melanie Klein's psychoanalysis, despite the fact that they are apparently very different approaches. Five major, very relevant points of agreement are highlighted. 1) The importance of relational life in the structure of mental functioning. Our brain is 7 times larger than our size, and it is to be able to manage our very complex social life. We are a eusocial species, like bees or ants, but we have autonomy and freedom with many emotions, fantasies, experiences. Melanie Klein points out how from birth impulses seek a relationship with the object, our world is relational. Mental disorder is largely the expression of relational problems and there is a continuum between mental health and mental disorder. In the evolutionary model it is stated that our mind was built for community life but that this social life creates many emotional tensions. Melanie Klein considers that anxiety is fundamentally an expression of aggressiveness. The two theories consider the game as training and an expression of emotions and learning about life together. For Melanie Klein, play is a central element in her psychoanalytic treatment model. The two theories consider that the baby has intense experiences in relation to her situation of dependence and her ties with her caregivers and with the community. In the evolutionary model, the competition-collaboration theory and the Kleinian envy-gratitude theory share the perspective that conflict with the management of aggression is key to mental health.


Palabras clave

concordancia entre teorías, evolucionismo, psicoanálisis kleiniano, test del kayak.

Keywords

evolucionism, Kleinan psychoanalysis, concordance between theories, Kayak test.


Voy a plantear en este texto las interesantes correlaciones que considero que existen entre el evolucionismo y el psicoanálisis de Melanie Klein. Aparentemente son planteamientos muy alejados, pero en mi opinión, como a continuación expondré, comparten aspectos muy relevantes. Para el desarrollo de este artículo me he basado, por un lado, en mi tesis doctoral que versó sobre el modelo de mente de M. Klein y en la que realicé una revisión exhaustiva de la obra completa de la autora vienesa, y por otro lado en mis apuntes de clase de 20 años como profesor de psicología evolucionista en la Universidad de Barcelona que están también recogidos en mi libro Los trastornos mentales: un enigmático legado de la evolución (Achotegui, 2007).

Expondré en primer lugar, brevemente cuáles son las características básicas del modelo evolucionista y del modelo psicoanalítico de Melanie Klein y a continuación analizaré compararé los dos planteamientos haciendo hincapié en cinco concordancias relevantes:

  1. Desde el evolucionismo, la teoría de Dumbar de la complejidad del cerebro y la mente humana en relación a la vida en comunidad en sociedades complejas, y desde la perspectiva kleiniana la teoría de las relaciones objetales. El funcionamiento mental está vinculado a ser capaz de vivir en la comunidad
  2. El trastorno mental sería una desadaptación en las relaciones con la comunidad en los dos modelos
  3. La teoría de los juegos infantiles, tanto en el evolucionismo como en Melanie Klein, como herramientas de aprendizaje y manejo de las emociones
  4. Ambas teorías valoran consideran que la vida mental del bebé es activa, y señalan la relevancia de sus temores para sobrevivir relacionados con su elevado grado de inmadurez al nacer
  5. La concordancia entre la teoría evolucionista competición/cooperación y la teoría envidia-gratitud de Melanie Klein. El modelo evolucionista señala los enormes peligros externos que tiene el bebé para sobrevivir (dadas sus limitaciones) mientras el modelo kleiniano señala cómo la inmadurez emocional del bebé, especialmente su dificultad para manejar la agresividad le genera grandes ansiedades

Considero que mientras sí que se han abordado las relaciones entre el modelo evolucionista y el psicoanálisis jungiano, como las aportaciones de Stevens and Price (2015), está poco desarrollado el estudio de las relaciones entre el modelo evolucionista y el modelo kleiniano

Planteamientos básicos de las dos teorías

Planteamientos básicos del modelo evolucionista

La teoría evolucionista constituye actualmente uno de los más sólidos conocimientos de la ciencia, siendo uno de los fundamentos básicos de la biología y la medicina y está considerada, junto a la teoría de la relatividad de Einstein, como los paradigmas más sólidos de la ciencia. En estos últimos años se ha desarrollado toda una rama de la psicología y la psiquiatría que aplica el modelo evolucionista al estudio de la salud mental y el trastorno mental

De modo sintético estas serían sus características:

  1. Desde la perspectiva evolucionista se considera que el mundo no es una foto fija, algo dado, definitivo, sino que es una realidad cambiante. Descendencia con modificaciones, señala el planteamiento darwinista. Sabemos que la interacción permanente de los elementos de la naturaleza da lugar a una coevolución permanente. Por esta razón, la mente está dotada de una gran capacidad de adaptación a un mundo cambiante e imprevisible.
  2. En un sentido literal, estar adaptado, significa ser apto, es decir el término posee una etimología muy clara. Es muy importante señalar que si el medio cambia rápidamente, características que se seleccionaron en otros momentos evolutivos, ahora pueden ya no ser adaptativas. Este planteamiento es muy importante desde la perspectiva de la salud mental y la psicopatología ya que se entiende el trastorno mental como una expresión de conductas que no se manifiestan en el contexto adecuado.
  3. ¿Pero cómo tiene lugar la adaptación? A través de un proceso denominado “selección natural” que es gran árbitro de la vida en el modelo darwiniano. La evolución sería el resultado de la acción de la selección natural. Los funcionamientos que posibilitan la capacidad de reproducción y adaptación de los organismos, pasan de generación en generación, son seleccionados en la terminología darwinista. Se ha de tener en cuenta que la selección natural no opera sólo a nivel de los individuos, sino también a nivel de los genes, y en numerosos niveles a la vez dando lugar a que el proceso evolutivo posea una extraordinaria complejidad y la adaptación no sea perfecta. Hay demasiados elementos a ajustar a la vez.
  4. Desde la perspectiva de la adaptación es difícil saber qué es bueno, o qué es malo. Así, si por una mutación alguien nace con una atrofia del nervio óptico y es ciego, esta persona se adapta peor a nuestro medio y podemos decir que está desadaptada. Pero si nuestro mundo se sumiera bruscamente en la oscuridad (algo que podría ocurrir por ejemplo con una guerra nuclear) este ciego de nacimiento, que sabe vivir sin luz, se adaptaría mucho mejor a un mundo en la oscuridad. ¿Qué es más adaptado, tener el nervio óptico atrofiado o no tenerlo? Depende del contexto.
  5. La psicopatología evolucionista considera que la mente funciona a través de módulos independientes que se han ido incorporando, han sido seleccionados a lo largo del proceso evolutivo, es el denominado modelo de la navaja suiza, de la multimodularidad. Pero estos cientos de módulos se han integrar, coordinar, lo que no es fácil y más si el medio no ayuda. (Buss, 1999; Cosmides y Tooby, 1992; Fodor, 1983)
  6. La psicopatología evolucionista responde a la pregunta “¿por qué?”. Busca comprender las causas últimas, no el cómo, las características de los funcionamientos. Pero la psicología evolucionista no tiene por qué ser especulativa si explica los trastornos y permite predecir resultados. Así, el modelo evolucionista plantea que las náuseas y aversiones de las primeras fases del embarazo surgieron para proteger al feto, aún muy vulnerable, de las toxinas. Si eso es así, deberían desaparecer cuando el feto se desarrollara y fuera capaz de resistir las toxinas. Y así ocurre.
  7. La psicopatología evolucionista, al igual que el psicoanálisis, es gradualista. Considera que entre la salud y la enfermedad hay un continuum. Y considera que es muy importante comprender la funcionalidad de las conductas y los síntomas.  El síntoma es siempre un intento de adaptación, por molesto que sea. Así, desde la perspectiva evolucionista es mejor tener miedo cien veces, que ser devorado una sola vez. O es mejor estar triste y pasivo que seguir haciendo actividades que te lleven al fracaso. Pero estas actitudes tienen un límite, si son excesivas ya no son adaptativas porque alteran demasiado la vida del sujeto.
  8. Hay que señalar, en las últimas décadas se ha producido una auténtica revolución en el modelo evolucionista, con el surgimiento de una serie de descubrimientos en relación a la herencia adquirida, a la epigenética. También las experiencias vividas pasan en parte a la siguiente generación.
  9. Somos una especie eusocial (como las termitas, las abejas…) pero poseemos autonomía, libertad. Y esa combinación de funcionamiento grupal, pero a la vez autónomo, es nuestra característica esencial como especie.
  10. En el modelo evolucionista la salud mental es integración. Los artistas, los místicos, son capaces de entrar en un mundo de los límites de la salud mental, en el mundo de la locura, de la creatividad. Pero saben volver solos.
  11. La evolución selecciona la diversidad, la psicodiversidad, para poder tener la capacidad de adaptarnos a gran número de situaciones posibles. Lega, de generación en generación un enorme número de posibilidades de conducta. Algunas de esas conductas solo son adecuadas en contextos muy especiales, siendo patológicas desadaptativas en otros contextos. Depende cada sujeto escoger la conducta adecuada. La evolución ha seleccionado esa psicodiversidad, a pesar de sus riesgos para algunas personas, porque se sobrevive más funcionando así que teniendo sólo cuatro o cinco conductas rígidamente programadas.
  12. La evolución ha seleccionado tener muchas posibilidades antes que tener pocas y seguras. Eso valdría para unos pocos contextos y el camino es incierto, imprevisible. Pero esa libertad es un riesgo y para ciertas personas puede suponer el trastorno mental. La evolución ha seleccionado la libertad. “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre.” Don Quijote, Capítulo LVIII.

Planteamientos básicos de la teoría de Melanie Klein

De modo sintético el planteamiento de Melanie Klein considera que:

  1. La dinámica mental está basada en una serie de funcionamientos psicológicos, denominados posiciones en el lenguaje kleiniano: la posición esquizoparanoide y la posición depresiva. La ansiedad esquizoparanoide se relaciona con el temor de ser aniquilado y la ansiedad depresiva con el temor de que el yo y los objetos buenos estén destruidos, tal como señala en “Una contribución a la psicogénesis de los estados maníaco depresivos” (Klein, 1935/1977)
  2. La mente se estructura a través de un proceso inicial de proyección de los impulsos de envidia y gratitud, a lo que siguen procesos de introyección conformados por lo proyectado y por la acción de las figuras cuidadoras, parentales.
  3. El objeto bueno introyectado es la base del yo, el núcleo del yo. Considera que el mundo interno al igual que la realidad externa surge de la actuación de la proyección y la introyección que operan desde el nacimiento en constante interacción. “El mundo interno consiste en objetos, el primero de todos, la madre internalizada” (Klein, 1955/1972, p. 301)
  4. Melanie Klein plantea que el bebé posee sentimientos innatos de envidia y gratitud, de amor y odio, Considera que la fantasía inconsciente es la expresión mental de los impulsos y es la respuesta a todo estímulo (1957/1980).
  5. Para Melanie Klein, los sentimientos innatos del bebé se proyectan especialmente sobre la madre y según como sean respondidos por los cuidadores y posteriormente introyectadas, dependerá la evolución posterior del funcionamiento mental.
  6. Para Melanie Klein La vida mental se va estructurando en un proceso de maduración, de contacto con la realidad, que comienza en un estado en el que predomina la fragmentación y la disociacíón y que va evolucionando hacia el funcionamiento de la posición depresiva o integradora, en el que disminuye la disociación y la identificación proyectiva y se hace posible el contacto con la realidad.
  7. Para Klein (1957/1980) inicialmente el Yo trabaja con la disociación y después con la represión y que cuanto más se utiliza la disociación más luego se utilizará la represión. Plantea (1957/1980) que durante el desarrollo se produce la recuperación de las partes disociadas, así como se producen importantes avances hacia la integración y la reparación que preparan el camino para la represión.
  8. Sostiene (1957/1980) que es muy importante para el desarrollo de la personalidad que en los primitivos procesos de disociación no predomine la fragmentación, que es un mecanismo que busca la dispersión de los impulsos destructivos y las ansiedades pero la fragmentación del objeto impide el contacto con la realidad y la estructuración del yo.
  9. Freud pone énfasis en que la libido busca el placer. Para M. Klein busca el vínculo, la relación de objeto, la relación personal y comunitaria. Señala (Klein, 1961/1979) que la fantasía inconsciente, expresión de los impulsos, se halla vinculada inextricablemente a la relación de objeto.
  10. Melanie Klein considera (1957/1980) que la dinámica psíquica se basa en la interacción entre los instintos de vida y muerte expresados a nivel relacional a través de la gratitud y la envidia. y se muestra de acuerdo con Freud de 1957 en el planteamiento de que donde estuvo el ello debe estar el yo.
  11. Sostiene M. Klein (1957/1980) que lo fundamental en el tratamiento psicoanalítico es trabajar una y otra vez la disociación que se presenta en el material clínico, e insiste en sus trabajos en esa muletilla de “una y otra vez”, como la esencia del tratamiento psicoanalítico, integrando las diferentes partes del yo. La idea de la mente como toda una asamblea de objetos internos, de partes, a integrar es de un concepto central en el modelo terapéutico kleiniano.
  12. El trabajo interpretativo “una y otra vez” sobre la disociación se realiza fundamentalmente a través de la transferencia a medida que aparece en diferentes contextos. La mayor aportación de Melanie Klein a la técnica psicoanalítica es la gran valoración de la transferencia.

Concordancias relevantes entre la teoría evolucionista y la teoría kleiniana

Podemos encontrar cinco concordancias fundamentales entre ambas teorías, a saber:

  1. La mente humana está estructurada para las relaciones
  2. El trastorno mental proviene de las dificultades en la adaptación en las relaciones personales
  3. La valoración de la importancia del juego
  4. La gran valoración de la vida mental infantil
  5. Concordancia entre la teoría evolucionista cooperación-competición y la teoría kleiniana de envidia-gratitud

La mente humana está estructurada para las relaciones

La teoría evolucionista de la mente estructurada para las relaciones personales

Como mostraron los trabajos clásicos de Robin Dumbar (1984, 1988), profesor de la Universidad de Oxford, los humanos tenemos un desarrollo cerebral adaptado para vivir en comunidades de unas 150 personas. Es el denominado “Número de Dumbar” que correlaciona el volumen de la corteza cerebral con la capacidad social de una especie. Dumbar considera que ese es el número de miembros de un grupo humano que funciona adecuadamente. Nuestra mente se ha conformado durante cientos de miles de años viviendo en este contexto

Sabemos desde la perspectiva evolucionista que el tamaño de nuestro cerebro es mucho mayor del que nos correspondería en función de nuestro cuerpo de mamífero. Se calcula que es 7 veces mayor de lo esperado. Y que este incremento del tamaño del cerebro tiene que ver con el manejo de una vida social muy compleja, y que requiere una gran capacidad cerebral.  

Es más, se considera, como veremos más adelante, que el trastorno mental está relacionado en gran parte con dificultades en la vida grupal, porque la mente está estructurada para la relación con la comunidad. Se ha denominado a este número de Dumbar (1988), el número de la cohesión social, ya que todos sus miembros se conocen y hay una autorregulación entre los miembros del grupo. Si se incrementa el número hay dificultades en la dinámica del grupo. De ahí la problemática de vivir en ciudades, por ejemplo. Dumbar también calculó que por lo menos un 42% del tiempo el grupo debía dedicarse a la socialización, a hablar unos sobre otros, actividad que incluye el chismorreo. 

El evolucionismo plantea que para cazar no hace falta, ni de lejos, un cerebro tan complejo.  Hay animales de diminutos cerebros que cazan muy bien Ni siquiera para fabricar utensilios hace falta desarrollar tanto cerebro. Para una vida relacional muy compleja, sí.

La teoría kleiniana de las relaciones objetales

La propia teoría psicoanalítica kleiniana toma el nombre de teoría de las relaciones objetales mostrando claramente que el aspecto relacional es el eje en torno al cual gira el planteamiento kleiniano.

Como hemos señalado, la ansiedad depresiva, integradora, gira en torno al miedo a dañar al objeto, al otro, a la comunidad, mientras la ansiedad más primitiva, la esquizoparanoide, gira en torno al temor a ser aniquilado.

Considera Melanie Klein (1963/1980) que el propio niño tiene el deseo de estar sometido a ciertas prohibiciones lo cual equivale a un control de los impulsos destructivos, algo fundamental para la convivencia y la vida comunitaria.

Como hemos señalado, Freud considera que la libido busca el placer. Para M. Klein busca el vínculo, la relación de objeto y señala que, así como el sistema digestivo del bebé está fisiológicamente preparado para recibir la leche materna lo mismo ocurre a nivel mental para la relación al objeto.  Plantea que hay una preconcepción del objeto y todo impulso, fantasía, o mecanismo de defensa va ligado al objeto.

Para Melanie Klein, el yo inicial estaría desestructurado y la introducción del objeto bueno, en el lenguaje kleiniano “el pecho de la madre”, es lo que lo ayuda a estructurarse. Considera que la principal función del yo es la integración. Plantea (1957/1980) que la fragmentación consigue una dispersión de los impulsos destructivos y las ansiedades, para proteger al yo, pero al precio de impedirle contactar con la realidad

Como señala en el relato del psicoanálisis de un niño (Klein, 1961/1979), solo si se logra vivenciar la culpa y la depresión hasta cierto punto, sin tener que defenderse el sujeto de ellas mediante regresiones a la posición esquizoparanoide (con los fuertes procesos de disociación que esto implica) se puede seguir adelante hacia la obtención de una mayor integración del yo y la síntesis del objeto.

Señala que si el objeto bueno es demasiado controlador y exigente se transforma en perseguidor y considera que sería una expresión de progreso en la integración la disminución de la idealización pudiendo admitir que una persona puede ser buena sin ser perfecta, planteamiento que es de gran importancia en la vida relacional grupal.

Considera asimismo que el afrontamiento de la realidad psíquica, el contacto con la realidad psíquica, reactiva los aspectos buenos y posibilita la emergencia en primer plano de la capacidad de reparación y los sentimientos de esperanza, que son muy relevantes en la vida relacional.

Como una muestra de la importancia de las relaciones, sostiene que el objeto bueno introyectado es la base del yo, el núcleo del yo: “El mundo interno consiste en objetos, el primero de todos, la madre internalizada” (Klein, 1955/1972, p. 301)

Comparación entre las dos teorías sobre cómo la mente está estructura para las relaciones comunitarias

Podemos ver cómo tanto en el modelo evolucionista de Dumbar así como en la teoría de Melanie Klein, las relaciones personales y con la comunidad son fundamentales en la vida mental.

En el modelo de Dumbar, la propia mente, el propio cerebro, posee un gran tamaño y complejidad para poder gestionar las complejas relaciones personales humanas.

En el modelo kleiniano se valoran en gran manera las relaciones personales y, como he señalado, Klein (1961/1979) considera que el propio niño busca ser ayudado a tener límites, para poder manejar mejor los impulsos agresivos.

De todos modos, en el modelo evolucionista se pone el énfasis en los peligros reales de los depredadores, el miedo al abandono, y en el planteamiento kleiniano se pone mucho más énfasis en las ansiedades del niño, pero hacen referencia a la misma ansiedad. Señala Melanie Klein (1961/1979) que la fantasía inconsciente, expresión de los impulsos, se halla vinculada íntimamente a la relación de objeto y considera que el mundo interno al igual que la realidad externa surge de la actuación de la proyección y la introyección.

Considero que los dos modelos resaltan la importancia de los vínculos con la comunidad, para garantizar la supervivencia del bebé, muy inmaduro. Los dos modelos resaltan la gran dependencia y vulnerabilidad del bebé y su necesidad del grupo.

El modelo evolucionista plantearía que la vida social humana es muy compleja porque vivimos en sociedad, pero teniendo autonomía y libertad, y hemos de saber integrar nuestra agresividad, sexualidad…lo que requiere un cerebro muy desarrollado, que pueda tener muchísimos repertorios de conducta, mucho más allá de los pocos y rígidos mecanismos de conducta de una abeja o una hormiga. El modelo kleiniano tiene el mismo planteamiento. Manejar e integrar los impulsos y las emociones, especialmente las agresivas requiere el desarrollo de una personalidad madura, un yo desarrollado capaz de integrar el superyó.

Es interesante la crítica de Kernberg que señala que hay poca diferenciación en el modelo kleiniano entre lo normal y lo patológico.  Esta crítica sería también perfectamente planteada para el modelo evolucionista que plantea claramente un continuo entre lo normal y lo patológico. Las dos teorías consideran que existe un continuum entre lo sano y lo patológico

El trastorno mental proviene de las dificultades en la adaptación en las relaciones personales

El modelo evolucionista entiende el trastorno mental como un problema en las relaciones personales

Tal como he señalado el gran desarrollo de nuestro cerebro está relacionada con la adaptación a una vida social extraordinariamente compleja propia de los seres humanos.  Pero esa vida social no es fácil de regular: hay que modular impulsos sexuales, agresivos, la autoestima, ansiedades, etc. De ahí que no es sorprendente que haya muchas dificultades y problemas en el área de la salud mental.

Por ejemplo, en relación a la depresión se plantea que, en las sociedades tradicionales en las que se vivía en grupo y la aportación de todos era importante (trabajo en el campo, remar para ir a pescar...), si alguien no colaboraba generaba problemas al grupo. Esta hipótesis de la psicología evolucionista se ha comprobado en estudios antropológicos de sociedades cazadoras-recolectoras (Hagen, 2002). Se plantea que la conducta depresiva, la desmotivación, el hacer una especie de huelga, era una estrategia exitosa para presionar al grupo a atender las demandas del que se sentía mal tratado. Cuando el individuo percibe que otros poderosos obtienen de su esfuerzo más beneficios que él, puede, al reducir su productividad, obligar a los otros a renegociar el contrato que los une.

Pero nuestra sociedad no funciona así. Ese modelo funciona en sociedades basadas en el número de Dumbar, comunidades de unas ciento cincuenta personas, Hoy los humanos vivimos en grandes ciudades, ejemplificadas en enormes bloques de pisos en los que viven miles de personas, en un gran anonimato. Bloques de pisos en los que poco importa que Antonio o María, la vecina del Bloque H, escalera G, piso 62, puerta quinta…esté enfadada y desmotivada para trabajar con el grupo. Es entonces, cuando la tristeza no se puede elaborar, cuando conduce a la depresión. Desde esta perspectiva, el depresivo actuaría como un huelguista. Esta teoría explicaría por qué con frecuencia el grupo se siente molesto e incómodo con los síntomas de los depresivos: intuiría que están presionando al grupo son sus síntomas para obtener beneficios

En el modelo evolucionista la salud mental es integración. La selección natural ha guardado muchos tipos de conductas, de emociones que han sido adaptativas a lo largo del proceso evolutivo. Algunas de ellas, son muy radicales, propias de la adaptación a situaciones muy extremas. Los artistas, los místicos, son capaces de entrar en un mundo de los límites de la salud mental, en el mundo de la locura, de la creatividad. Pero saben volver solos. Hay personas que, con menos capacidad de integración de la gran variedad de vivencias que la selección natural ha guardado, desarrollan conductas desadaptadas al medio en el que se hallan, conductas que consideraríamos patológicas.

Como he señalado la evolución selecciona la diversidad, la psicodiversidad, un enorme número de posibilidades de conducta. Algunas de esas conductas solo son adecuadas en contextos muy especiales, extremos, siendo patológicas desadaptativas en otros contextos. Depende cada sujeto escoger la conducta adecuada, integrar esas conductas y no todas las personas tienen esa capacidad. La evolución ha seleccionado esa psicodiversidad, porque es más adaptativo este funcionamiento que tener sólo cuatro o cinco conductas rígidamente programadas

La perspectiva de Melanie Klein acerca del trastorno mental como problema en las relaciones personales y comunitarias

Para Melanie Klein el trastorno mental provendría del fracaso del yo en lograr integrar los diferentes aspectos de la personalidad, fundamentalmente los impulsos agresivos en relación con las relaciones personales y con la comunidad. Las causas de este fracaso habría que buscarlas en una excesiva intolerancia a la frustración, a la envidia y el fracaso de la introyección de un objeto bueno en parte vinculado a fallos del objeto externo y en parte a dificultades del bebé por excesiva agresividad en la proyección hacia los objetos

El trastorno mental prevendría de las intensas tensiones emocionales que se pueden vivir en las relaciones con la comunidad.  Las personas, que por sus vivencias, por su historia problemática, por su vulnerabilidad no saben manejar bien esas emociones, sobre todo la agresividad, pueden tender hacia otros funcionamientos de tipo patológico para no expresar directamente la agresividad y dañar al grupo. El síntoma psiquiátrico sería una solución de compromiso: en esto convergen claramente el modelo evolucionista y el modelo kleiniano. Las fobias, en el modelo psicoanalítico, tienen una parte muy relevante de proyección

Considera Klein (1957/1980) que la ansiedad es fundamentalmente una expresión de agresividad. Considera que el peligro de ser destruido por el instinto de muerte expresado a través de la envidia crea angustia en el Yo y plantea que el temor a la aniquilación del yo es el origen de toda ansiedad. Según la autora (Klein, 1957/1980) la primerísima función del yo es la de enfrentar la ansiedad, vinculada a la agresividad. Incluso plantea que el yo se pone en marcha para hacerse cargo de ansiedad. El Yo genera defensas desde el comienzo de la vida para protegerse de esa ansiedad y la mayor o menor capacidad del yo para soportar la ansiedad es muy importante para el logro del funcionamiento en la posición depresiva y la integración mental.

Comparación entre las dos teorías acerca del trastorno mental en relación a problemas en las relaciones personales y comunitarias

Tanto en el modelo evolucionista, como en el modelo kleiniano el trastorno mental no prevendría de un fallo mecánico cerebral, de un problema en el funcionamiento de los neurotransmisores o en las conexiones sinápticas, en fallos de la comunicación eléctrica cerebral. El trastorno mental provendría de dificultades de la integración de la enormemente compleja vida mental humana dentro de una comunidad.

En el modelo evolucionista y en el modelo kleiniano, la salud mental es integración. Como he señalado, los dos modelos señalan cómo es posible moverse en los límites de la complejidad de la vida mental: los artistas, los creadores, son capaces de entrar en un mundo de los límites de la salud mental, en el mundo de la locura, de la creatividad. Pero saben volver solos. 

Y también podemos ver que los dos modelos plantearían que el trastorno mental en realidad es una disfunción a un problema en las relaciones personales en las relaciones con la comunidad personas que tienen dificultades para manejar especialmente la agresividad en las relaciones grupales y el organismo estructura toda una serie de defensas de cortocircuitos para evitar que esa agresividad se exprese, que sería lo peor, en ese sentido el trastorno mental es un mal menor muy doloroso para los individuos que lo padecen pero protector para la sociedad

El síntoma psiquiátrico sería una solución de compromiso, en esto convergen claramente el modelo evolucionista y el modelo kleiniano. Las fobias, por ejemplo, en el modelo psicoanalítico, tienen una parte muy relevante de proyección.

El trastorno mental prevendría de las intensas tensiones emocionales que se pueden vivir en las relaciones con la comunidad.  Las personas que por sus vivencias, por su historia problemática, por su vulnerabilidad no saben manejar bien esas emociones, sobre todo la agresividad, pueden tender hacia otros tipos de funcionamientos patológicos para no expresar directamente la agresividad y dañar al grupo. El síntoma psiquiátrico sería una solución de compromiso: en esto convergen claramente también el modelo evolucionista y el modelo kleiniano: el síntoma es un intento de adaptación

La valoración de la importancia del juego

La teoría del juego infantil evolucionista

El planteamiento evolucionista considera el juego como una forma de entrenamiento y de preparación para las necesidades adaptativas de la vida. Pocas actividades producen al niño más placer y satisfacción que el juego, lo cual se asocia claramente a la acción de la selección natural. Lo que más odia el niño es el aburrimiento, no poder ejercitarse a través del juego.

Hay muchos tipos de juego, señalaré algunos:

- El juego de esconderse que atrae y excita muchísimo a los niños porque evidentemente se ejercita para desarrollar la capacidad de protegerse de los depredadores, una conducta esencial para la supervivencia en la historia evolutiva.

- El juego de pillar, para desarrollar la capacidad de actuar como depredador, obtener recursos.

- Subir a las ramas de los árboles, como muestran los parques infantiles pues potencian las capacidades de adaptación para obtener recursos, protegerse.

- Los juegos que desarrollan las habilidades verbales.

- Los juegos de coleccionar, que en el niño latente son muy relevantes y le entrenan a ordenar, clasificar, guardar… los recursos.

Muchas de estas habilidades de los juegos se relacionan con fobias, que en la teoría evolucionista son respuestas excesivas ante un miedo real. Las fobias son la exacerbación de temores adaptativos en nuestro proceso de maduración. Pero estos miedos tan intensos han podido ser adaptativos en otros contextos evolutivos.

Veamos tipos de fobias y su relación con situaciones de riesgo:

- Miedo a la oscuridad: había mucho peligro al salir de las cuevas por la noche. Los niños tienen miedo de dormir solos

- Miedo a las alturas: riesgo de caídas, muchas personas tienen sensación de vértigo en las alturas.

- Agorafobia: estar lejos de la cueva, del refugio era peligroso si te atacaban o no te encontrabas bien. Hoy los pacientes agorafóbicos: temen encontrarse mal y no poder ser atendidos. En grupo nos sentidos protegidos, nos euforizamos. Por ejemplo, en una sobremesa.

- Claustrofobia: espacios sin salida pueden ser peligroso si ataca un depredador.

Muchos juegos de niños tienen que ver con estas temáticas señaladas.

La teoría del juego de Melanie Klein

Melanie Klein (1955/1972) señala que la importancia del juego para la formación del carácter sería enorme y nunca podrá ser exagerada ya que permite al niño entrenarse en el manejo de sus sentimientos y fantasías. Señala que el análisis del juego muestra que el simbolismo permite al niño transferir no solo intereses sino fantasías sentimientos de culpa a objetos distintos de las personas. De este modo se experimenta un gran alivio jugando y este es uno de los factores que lo hacen tan esencial para el niño.

Para M. Klein el juego era fundamental en el desarrollo emocional del niño y en el propio tratamiento psicoanalítico. En el libro Relato del psicoanálisis de un niño publicado póstumamente (1961/1979) describe el tratamiento de un niño “El caso Richard” que consta de 90 sesiones. Esta es la principal obra en la que explica su técnica psicoanalítica del juego.  Ya había escrito otros trabajos sobre técnica de psicoanálisis de niños, tenía mucho interés en añadir al final de su vida nuevas aportaciones y completar sus planteamientos

Richard es un niño de 10 años, un latente que desde que comenzó la segunda guerra mundial sufre graves problemas escolares, tiene problemas de rendimiento en la escuela, tiene miedo de otros niños, es muy dependiente de la madre, está muy inhibido en sus facultades e intereses, es hipocondríaco y tiene episodios depresivos, pero es muy precoz intelectualmente.

Para Melanie Klein el que Richard pueda jugar a la vez, conjuntamente con la flota de barcos y los otros juguetes tras cincuenta y cuatro sesiones mostraría que se han llevado a cabo grandes progresos ya que durante un largo período del tratamiento los juguetes que representaban los objetos dañados, fueron apartados. Poder integrar los objetos dañados es fundamental en el tratamiento psicoanalítico del juego.

En relación al manejo de la agresividad por el niño en el curso de la sesión terapéutica plantea Klein que "es esencial permitir que el niño la deje surgir" (1955/1972, p. 26), pero que lo fundamental es la observación del contexto transferencial en el que esta surge en el juego y sus consecuencias en el funcionamiento mental del niño. Así mismo plantea (1955/1972) que es de gran importancia la puesta en marcha de la culpa y la reparación tras los actos agresivos expresados en el juego.

Es muy interesante su planteamiento de que, cuando se permite un cauce para las fantasías agresivas, podríamos decir que quizás paradójicamente, las conductas agresivas disminuyen, el cauce sería lúdico verbal, pero se ha de añadir que es fundamental que vaya acompañado de la interpretación terapéutica, que cuando se ve la obra de Melanie Klein se puede decir que iba directamente al grano, sin ningún tipo de rodeos con unas interpretaciones que podíamos considerar muy fuertes. Podríamos decir, en un sentido humorístico, que Richard era un niño muy kleiniano, entendía perfectamente lo que le planteaba Melanie Klein. Esta situación también nos lleva a considerar que hay pacientes que encajan muy bien en determinadas teorías, entran podríamos decir “como un guante” en el modelo de tratamiento y permiten desarrollar muy bien el planteamiento del terapeuta.

En relación a la capacidad intelectual de los niños para comprender las interpretaciones sobre el juego, señala (Klein, 1955/1972) que si la interpretación se relaciona con puntos salientes en el material puede ser perfectamente comprendida por ellos, por supuesto el analista debe dar la interpretación de modo sucinto y de la manera más clara que sea posible y debe usar las expresiones del niño.

Plantea (1955/1972) que se debe considerar el uso de los símbolos de cada niño en conexión con sus emociones y ansiedades particulares y con la situación total que se presenta en el análisis, meras traducciones generalizadas de símbolos no tienen significado.

Señala cómo los pasos hacia la integración y la síntesis remueven nuevas ansiedades, aunque al mismo tiempo traen alivio.  Se refiere a que hay pacientes que experimentan diversión y satisfacción al descubrir aspectos de sí mismo que sienten como parcialmente malos. Este tipo de funcionamiento se relacionaría con el sentido del humor y la capacidad de experimentar satisfacción al encontrar algo que antes estaba reprimido.

También sostiene que la falta de habilidad manual de los niños pequeños es vivida por ellos como una muestra de que sus tendencias destructivas superan a las constructivas, reforzándose las primeras al fracasar las tentativas reparatorias.

Comparación entre las dos teorías acerca del juego infantil

En este aspecto las dos teorías convergen totalmente. Las dos valoran sobremanera el juego infantil como posibilidad de entrenamiento en el aprendizaje para la adaptación.

El modelo evolucionista valora el juego en relación a la capacidad de obtener habilidades para la vida y la adaptación, aunque también valora mucho todo el aprendizaje relacional y de vida comunitaria que supone el juego con otros niños o adultos. En el modelo evolucionista el juego es un ensayo un intento de adaptarse a la realidad, a los peligros. Así, los juegos que más gustan a los niños son esconderse obviamente de los depredadores, atrapar, subirse a los árboles, escapar, todos ellos con un claro objetivo de tipo adaptativo.

De la misma manera el planteamiento de Melanie Klein considera que el juego es un intento de expresar las emociones de los niños. Melanie Klein pone más el énfasis en la ansiedad relacional, en los conflictos de relaciones, de ahí el nombre de su teoría como teoría de las relaciones objetales.

Ya he señalado que muchas fobias en el planteamiento evolucionista se relacionan con aspectos vinculados a los juegos (miedo a las alturas, a los espacios cerrados…), pero es muy importante señalar que las fobias también tienen una parte de proyección de la agresividad, no solo hay un peligro real, sino un peligro relacionado con la agresividad proyectada hacia el objeto

Las fobias tienen una raíz genética (predisposición) así como de la historia personal (situaciones infantiles de miedo), como las proyecciones del sujeto sobre los objetos fóbicos. En estas proyecciones se expresaría la agresividad del sujeto, como señala el planteamiento kleiniano.

Concordancia entre las dos teorías. La gran valoración de la vida mental infantil

La perspectiva evolucionista acerca de valoración de la vida mental infantil

El planteamiento evolucionista considera que el bebé nace muy inmaduro y por lo tanto con grandes necesidades y temores sobre su supervivencia, que se expresarían en los intensos miedos infantiles.

Desde el evolucionismo se plantea que cuando hace unos 3 millones de años tuvo lugar la bipedestación de los homínidos, se redujo mucho el tamaño del canal del parto, dando esto lugar a que solo pudieran sobrevivir los bebés que nacían inmaduros porque los más desarrollados no lograban nacer, dañando además gravemente a las madres. Obviamente estos bebés tan inmaduros tenían grandes problemas para la supervivencia y necesitaban intensos cuidados y atención. Estos bebés tan indefensos lógicamente tenían grandes temores sobre su supervivencia, de ahí que se aferren a sus padres para que los protejan.

Pero por otro lado, los bebés inmaduros, sin estructuras cerebrales ya consolidadas, también tenían una gran capacidad para aprender, madurar y para la enculturación en todo tipo de culturas y habrían sido muy relevantes para el desarrollo de las civilizaciones humanas.

El modelo evolucionista, plantea la influencia de la historia evolutiva en nuestros funcionamientos mentales. Señala que el recién nacido, el niño pequeño, es un ser indefenso que corre un gran peligro desde el punto de vista de la supervivencia (ataques de los depredadores, riesgo de no ser bien cuidado, de ser abandonado, con muy poca capacidad de adaptarse y protegerse por sí mismo). Imaginemos a un bebé que vive en la prehistoria y que evidentemente está sometido al riesgo de ataques de depredadores, caídas etcétera. Todas estas vivencias infantiles son obviamente muy relevantes para la construcción de la personalidad adulta.

El planteamiento de Melanie Klein sobre relevancia del funcionamiento mental infantil

Tal como hemos ido mostrando en los apartados anteriores, Melanie Klein valora de manera mucho más amplia que Freud los tempranos procesos inconscientes y considera que no hay ninguna etapa de indiferenciación en la vida del bebé.

Para Melanie Klein el bebé nace con una gran capacidad de interacción con el medio, y con unas pulsiones de envidia-gratitud que están dirigidas sobre todo a la relación con el otro. Pero los elementos de envidia, los elementos agresivos, generan mucha angustia en el bebé, ya que por su inmadurez no tiene capacidad de manejarlos e integrarlos.

 Para la autora vienesa, en torno a los seis meses de vida ya se desarrolla el funcionamiento de la posición depresiva, poseyendo el bebé la capacidad de tener un mayor contacto con la realidad y de saber manejar los propios elementos agresivos. El plantear que la posición depresiva se instaura plenamente a los 6 meses de vida nos claramente el gran valor que Melanie Klein al funcionamiento mental de los primeros meses de vida.

Como ya hemos señalado, la mente se estructura tras el nacimiento a través de procesos iniciales de proyección de los impulsos de envidia y gratitud que después serán introyectados junto a la acción de las figuras cuidadoras, parentales.

Según Klein el mundo interno al igual que la realidad externa surge de la actuación de la proyección y la introyección que operan desde el nacimiento en constante interacción.

Comparación entre las dos teorías sobre relevancia del funcionamiento mental infantil

Tanto la teoría evolucionista como la teoría kleiniana son muy radicales a la hora de tener en cuenta la realidad mental del bebé. Las dos señalan las intensas ansiedades del bebé, un ser muy inmaduro e indefenso, que siente un gran temor sobre cómo manejarse para lograr su propia supervivencia. Las dos teorías van más allá de la apariencia engañosa del bebé feliz y satisfecho y tienen la audacia de ponerse en su mente, en su interior y analizar cómo se puede ver la vida desde tamaña impotencia para poder adaptarse a las dificultades, peligros y complejidades de la vida, desde una extrema dependencia.

Ya hemos señalado cómo en el modelo evolucionista se considera que, a partir de la bipedestación, hace 3 millones de años, al estrecharse el canal pélvico, solo sobreviven los bebés que nacen muy inmaduros para que puedan caber por el canal del parto. Estos bebés tendrán un gran temor a no poder sobrevivir (los miedos infantiles) a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las especies, incluso especies próximas a la nuestra como por ejemplo los gorilas y chimpancés, en las que los bebés nacen mucho más maduros y capaces de adaptarse.

Ambas teorías no ven al bebé como alguien pasivo, resignado a su situación, sino como un ser muy pendiente de cómo lograr desarrollarse y poder adaptarse al mundo. Considero que ambos planteamientos, el evolucionista y el de Melanie Klein se basan en la idea de que el bebé es un ser muy indefenso, que vive en un contexto de gran peligro para su supervivencia por su ausencia de autonomía, lo que condiciona su funcionamiento mental.

En el modelo kleiniano se plantea también la existencia de una vida mental con fuertes mecanismos de fragmentación y disociación y llena de miedos a ser liquidado o a no saber manejar las relaciones con la comunidad, especialmente con el manejo de la agresividad (una fuerza que es adaptiva cuando se sabe manejar e integrar).

La cuestión es, ¿cómo se siente ante el mundo un bebé? El modelo evolucionista y el kleiniano, abordan este tema. Muy pocos, lo han hecho

Concordancia entre la teoría evolucionista cooperación-competición y la teoría kleiniana de envidia-gratitud

Planteamientos básicos de la teoría evolucionista competición-cooperación

En el marco de la teoría evolucionista las relaciones entre competencia y colaboración, la teoría de los juegos, el altruismo…son temas muy relevantes.

En el evolucionismo aparecen pronto dos corrientes:         

  1. La que enfatiza la importancia de la competición: la supervivencia del más fuerte, el pez grande se come al chico, el hombre es un lobo para el hombre, los planteamientos del darwinismo social. Huxley dice en el funeral de Darwin que la naturaleza es como “una lucha de gladiadores”.

Son de destacar los planteamientos de Richard Dawking (1980) sobre el gen egoísta como mecanismo implacable de supervivencia, los planteamientos de la sociobiología que son concordantes con la ideología capitalista dominante, que se halla fuertemente instaurada en nuestra cultura: así en los propios documentales sobre la naturaleza, se recoge sobre todo la imagen del león o el tiburón cazando a la gacela, reflejando la ideología dominante y se minusvalora la relevancia de la cooperación. O se exalta la figura del “tiburón” de las finanzas, o la publicidad de los relojes de alta gama se basa en tiburones, en la imagen del depredador.

  1. Hay otra corriente, la corriente que enfatiza la importancia de la cooperación: se considera que son la solidaridad y la cooperación las bases del progreso de la humanidad.

Se plantea que en la naturaleza hay límites a la competencia y la lucha porque suponen un gran gasto de energía (algo que es muy costoso de conseguir en la naturaleza), hay riesgo de heridas, de discapacidades. Por esa razón, la agresividad y la competición están reguladas. Así en los modelos ecológicos vemos que cuando están conviviendo dos especies, una predadora y otra presa, la predadora va creciendo como población en relación a la presa ya que las va devorando, pero resulta que al irse incrementarse la población de predadores y disminuir la población de presas, finalmente se detiene el proceso porque da lugar a un menor número de predadores.

La teoría de la simbiogénesis, planteada por Dimitri Merezhosky y desarrollada posteriormente por Lynn Margulis (2002), muestra cómo por ejemplo la célula, uno de los grandes “inventos” de la evolución, es en realidad una fusión de varias bacterias que se protegen con una membrana.  La célula supone un salto cualitativo en la evolución y es la base de toda la vida actual y se fundamenta en la cooperación no en la competición. Nuestras mitocondrias provienen de las ricketsias unas bacterias aún presentes en la naturaleza. Además, las competiciones son peligrosas por el riesgo de lesiones (se sustituye habitualmente la pelea por rituales de amenaza) y suponen un gran gasto de energía. Kropotkin (1880/2021) sostiene que es en las glaciaciones, donde sin solidaridad es imposible la supervivencia, cuando se desarrollan las tendencias humanas a la solidaridad que han permitido nuestra gran evolución. Se sabe también que los grupos que cooperan más sobreviven más (Del Guidice 1980)

Hay niveles de cooperación como el Tit for Tat (yo te doy esto tú me das aquello), hasta el altruismo (Novak 2011; Stevens and Price, 2015). Se tiende a tener solidaridad y apoyo con otros organismos que comparten nuestros genes, eso explicaría por ejemplo la postura de la abuela de la tía soltera del tío soltero que ayudan a las siguientes generaciones porque en realidad comparten sus genes. Como señalaba de modo humorístico Hamilton (1964), en realidad queremos igual a un hijo que a dos nietos o cuatro bisnietos

Somos una especie eusocial. Hay once especies eusociales y esas especies son las que más desarrollo han tenido en la naturaleza.  Ser eusociales nos ha permitido lograr un enorme desarrollo tecnológico, social.  Pero no somos como las abejas o las hormigas, seres con una conducta totalmente regulada, sino que tenemos libertad y esto genera una enorme complejidad y el riesgo de no poder integrar la complejidad y desarrollar trastornos mentales

La teoría de la envidia-gratitud de M. Klein

Considero que Melanie Klein formula desde su propia perspectiva, en su modelo envidia-gratitud, el conflicto competición- cooperación.

En 1957/1980 la autora define la envidia como el sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseable siendo un impulso envidioso el de quitárselo o dañarlo. Implica la relación con una sola persona y se remonta a la relación más temprana y exclusiva con la madre. La envidia es percibida inconscientemente como el mayor pecado porque ataca y daño al objeto bueno que es la fuente de vida.  “La envidia primaria temprana es de naturaleza omnipotente” (p. 21). Y define la gratitud como:

la capacidad de aceptar y asimilar el objeto primero amado (no solo como fuente de alimento) sin que la voracidad y la envidia interfieran demasiado.  La gratitud es esencial en la estructuración de la relación con el objeto bueno. La capacidad de gozar que está ligada al sentimiento de gratitud por la bondad recibida.  La gratitud está subyacente a la apreciación de la bondad en otros.  (Klein, 1957/1980, p. 26)

Melanie Klein, transforma los conceptos teóricos freudianos, fuertemente especulativos, de instinto de vida e instinto de muerte, en los sentimientos relacionales de gratitud y la envidia. Así, el instinto de vida y de muerte se objetizan a partir de la primera proyección y posterior introyección e incluirían los impulsos parciales sexualidad, hambre y agresividad.

Se sorprende Melanie Klein en el mismo trabajo de que los niños alberguen temores persecutorios tan intensos y posean una visión tan distorsionada de la realidad mientras reciben una gran cantidad de amor y dedicación por parte de sus padres. Para Klein estos temores provendrían de la internalización de unos padres persecutorios, como consecuencia de la previa proyección de los propios aspectos destructivos del bebé. Es decir, la autora vienesa plantea que el bebé posee fuertes sentimientos de amor y odio, que desde el inicio de la vida, al proyectarse “colorean” las relaciones personales.

Para Melanie Klein (1963/1980) la adecuada elaboración de la posición depresiva supone en cualquier etapa de la vida que el superyó, integrado por el yo, ha perdido una gran parte de su inicial severidad limitándose principalmente a encauzar y controlar los impulsos destructivos. Considera que los padres se ven imbuidos de bondad y maldad de acuerdo con los sentimientos del niño que luego son vueltos a internalizar.

En su trabajo sobre la Orestíada (1963/1980) considera que Atenea representa la reconciliación y la integración de rasgos del objeto bueno internalizado, la madre buena, en contraposición a Clitemnestra que representa la madre mala. Atenea es el superyó bondadoso e integrado que contribuye a la paz y el equilibrio.

Análisis comparativo de la teoría evolucionista de competición-colaboración y la teoría kleiniana de envidia-gratitud

Podemos ver cómo las dos teorías enfatizan la importancia de la cooperación, así como de la integración de los elementos agresivos competitivos, para el logro de unas buenas relaciones personales y el funcionamiento de la vida comunitaria

Así, en el modelo evolucionista se plantea cómo solo con la competición, la evolución hubiera dado como resultado que las bacterias grandes se habrían comido a las pequeñas, hubieran surgido bacterias enormes, pero no nuevas formas de vida con extraordinarias funciones, como la propia existencia humana. Con la competición solo se hubiera evolucionado cuantitativamente, no cualitativamente. Ha sido la cooperación la que ha permitido la emergencia de prodigios de la adaptación como las células, producto de la integración cooperativa de diferentes bacterias, cono hemos señalado.

Podríamos decir que en el modelo de Melanie Klein, el manejo de la envidia en las relaciones personales es la base de la salud mental. Como ya he señalado, plantea la autora (1957/1980) que es un hecho sorprendente los intensos miedos que viven los niños a pesar de vivir con unos padres que los cuidan y quieren. Para Klein estos temores tendrían que ver con una internalización de unos padres persecutorios que provendrían de la proyección de los propios aspectos agresivos del bebé.

Considero que este planteamiento kleiniano está claramente vinculado a la teoría evolucionista.  Sin embargo, mientras en el modelo evolucionista se consideraría que existen peligrosos reales que provienen de los depredadores, peligros objetivos, externos, en el modelo kleiniano el énfasis se pone en los peligros que comporta la propia agresividad del sujeto proyectada sobre las relaciones.

 Podemos pensar que los dos planteamientos claramente complementarios. La realidad es una mezcla de los dos planteamientos ya que la teoría evolucionista tiene poco en cuenta la agresividad del sujeto y la teoría kleinana valora poco los peligros externos, aunque enfatiza enormemente la importancia del objeto bueno introyectado como núcleo del yo.

Y podemos ver cómo dentro del propio modelo evolucionista se da un debate. Así, desde los defensores de la primacía de la cooperación como Kropotkin, estudian el mundo de los polos y el frío extremo y plantea que a 40 bajo cero sin cooperación no se sobrevive y enfatiza la importancia de la cooperación. Mientras Darwin que estudia la selva tropical, exuberante de vegetación, donde a 40 o 50 grados surge fácilmente la vida, señala la importancia de la competición. Tanto cooperación como competición pueden ser estrategias válidas, según los contextos, pero si no prima la colaboración la evolución queda muy mermada en sus posibilidades de desarrollo

Melanie Klein señala la importancia de hacerse cargo de la agresividad y señala cómo la mayor tolerancia ante el objeto malo sería una muestra importante de progresos en relación con el logro de la integración. Tal como señalamos los elementos ligados a la competición también son adaptativos. Por ejemplos, hay muchos inventos que luego han tenido un uso civil, aunque se han desarrollado para la guerra: el radar, los aviones…internet.

Podemos ver cómo en el modelo de Klein el manejo de la agresividad en las relaciones con los otros es el principal problema para el funcionamiento mental, podríamos decir la principal toxina del funcionamiento mental. 

Lo que sí que es diferente del modelo evolucionista es la idea de un impulso de muerte expresado en forma de envidia.

En el planteamiento kleiniano la atención se centra en la agresividad expresada en la envidia. En el modelo evolucionista señala los peligros de supervivencia del bebé, se ve lo externo, Melanie Klein señala lo interno. Podemos ver que los dos modelos son complementarios.

El test del kayak como síntesis de la teoría evolucionista y la teoría kleiniana

La utilización del concepto de posición maníaca que Melanie Klein formula en 1940

El test del kayak (Achotegui, 2018) es un test que integra la teoría evolucionista con la teoría kleiniana. Tuvo un precedente en un test que desarrollé basado en mi tesis doctoral (Achotegui, 1990) y que formulé dos años más tarde (Achotegui, 1992) 

Haré una breve exposición de los fundamentos del test, inevitablemente limitada. Para poder profundizar en el tema se puede buscar información en mi web josebaachotegui.com o en el libro sobre el test del kayak que he mencionado.

El planteamiento kleiniano del test se basa en que considera que hay cuatro polos fundamentales que regulan el funcionamiento mental, cuatro polos estructurados en dos ejes

  1. Eje manía-depresión
  2. Eje fragmentación-disociación

Estos dos polos se corresponden con las posiciones de Melanie Klein: la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva, a la que la autora vienesa añade una posición maníaca, que aunque es un planteamiento poco conocido fue planteado por Melanie Klein en su obra “El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos” (1940/1971) donde habla de una posición maníaca. “El triunfo sobre los objetos internos que el yo del niño controla, humilla y tortura, es una parte del aspecto destructivo de la posición maníaca”. (p. 286)

Klein considera que ante las grandes ansiedades que vive el bebé, pone en marcha intensas defensas maníacas, omnipotentes, a las que denomina “posición maníaca”. Considera que surgen “en parte para controlar y dominar los objetos malos y en parte para para salvar y restaurar a los objetos amados” (1940/1971, p. 283). Sostiene que “sin una negación parcial y temporaria de la realidad psíquica, el yo no podría soportar el desastre por el que el mismo se siente amenazado cuando la posición depresiva llega a su cúspide” (p.  284).  Sin embargo, este término de posición maníaca poco después lo abandona porque considera que estos funcionamientos maníacos forman parte de la posición esquizoparanoide.

En mi opinión la idea de la posición maníaca es interesante, y la he utilizado en el test del kayak, porque pienso que recoge una realidad psíquica muy relevante en la vida mental y en la clínica y además permite tener más posibilidades de análisis de la estructuración del funcionamiento mental.  

Señala la gran ansiedad que generan en el yo los aspectos relacionados con la posición maníaca:

Puede seguir a esto una depresión o un aumento de las defensas maníacas y un más violento control de sus objetos desde que él ha fracasado en reconciliarlos, restaurarlos o mejorarlos y de este modo vuelven a tomar la delantera sentimientos de persecución. Todo esto influye mucho en la posición depresiva infantil y en el fracaso o el éxito del yo para vencerla. “El triunfo sobre los objetos internos que el yo del niño controla, humilla y tortura, es una parte del aspecto destructivo de la posición maníaca. (Klein, 1940/1971, p. 286)

Considera que la idealización es un componente esencial de la posición maníaca en la que hay un deseo de someter a los objetos. En mi opinión, la importancia que tienen en la clínica estos planteamientos kleinianos es fundamental para el trabajo terapéutico.

En relación al eje 2, fragmentación-disociación planteo que la posición esquizoparanoide tiene dos polos de funcionamiento el polo de fragmentación (sobre el que he hecho varias referencias en los apartados anteriores) y el polo de la disociación. Fragmentar es dividir en mil partes, como un espejo roto, para negar, no ver la realidad. En el otro polo, disociar es dividir en dos partes (como la propia palabra indica)

Breve explicación del test del kayak

El test del kayak, es una esquematización, un modelo. Representa el funcionamiento de la mente y permite comprender de modo rápido tanto los funcionamientos considerados sanos, como los patológicos. El test del kayak está formulado en lenguaje evolucionista, pero como he señalado se fundamenta en el análisis de los conceptos kleinianos de fragmentación, disociación, manía y depresión.

El esquema del test va de lo simple a lo complejo, con un planteamiento deductivo. Se parte de unas premisas básicas, representadas en dos ejes, muy elementales en el funcionamiento mental. Estas premisas se van desarrollando y complejificando.

El test se basa en la interacción entre dos ejes:

Eje 1. Pasividad-actividad (manía-depresión). Es un eje vertical (Figura 1). En el extremo superior del eje estarían los funcionamientos de máxima acción, de manía. En el extremo inferior los funcionamientos de pasividad, depresión. En el medio el funcionamiento de tipo eutímico, un nivel de actividad moderado y modulado.

Figura 1

Figura 1

Eje 2. Un segundo eje (Figura 2) mide la orientación de la actividad, (fragmentación-disociación en el planteamiento keiniano)  hacia dónde se dirige la actividad,  y  que se estructura en dos polos, en relación a los dos acciones más básicas para la supervivencia siguiendo el modelo evolucionista:

  • buscar recursos para sobrevivir (relaciones, alimentos…)
  • tener seguridad, protección, defendernos

Figura 2

Figura 2

Si, a continuación, cruzamos los dos ejes (Figura 3):

Figura 3

Figura 3

La interacción entre los dos ejes da lugar a cuatro funcionamientos de la personalidad (Figura 4):

Figura 4

Figura 4

El test del kayak permite evaluar los mecanismos de defensa (obsesivos, maníacos, esquizoides...) diferenciando entre los procesos sanos, neuróticos y, en el extremo, los psicóticos. Desarrollado completamente, siguiendo un planteamiento deductivo, a partir de las premisas que hemos fijado, nos surge el siguiente modelo de la mente (Figura 5):

Figura 5

El test del kayak parte de que, tal como plantean los modelos evolucionista y kleinano, hay un continnum entre los funcionamientos sanos, adaptativos (en el centro del esquema) y los funcionamientos desdaptativos, patológicos, situados en los extremos del esquema.

En este modelo de la mente, representado por esta figura romboidal (Figura 6), podemos ver reflejados los funcionamientos mentales estructurados desde la perspectiva de su relación con los dos ejes que estructuran el test: el eje acción- pasividad y el eje exploración-seguridad.

Así podemos ver como en las áreas centrales se hallan los funcionamientos adaptativos como el control que llevado al extremo da lugar al funcionamiento obsesivo, o la asertividad que llevada al extremo da lugar a la paranoia, o la acción que llevada al extremo da lugar a la manía.

Figura 6

Figura 6

Conclusiones

Hemos podido mostrara como ambas teorías, la evolucionista y la kleiniana, desde marcos conceptuales diferentes, convergen en una serie de puntos muy relevantes:

  1. La importancia de la vida relacional en la estructura del funcionamiento mental. Nuestro cerebro es 7 veces mayor del que nos correspondería, y lo es para poder manejar nuestra complejísima vida social. Somos una especie eusocial, como las abejas o las hormigas, pero tenemos autonomía y libertad con muchísimas emociones, fantasías, vivencias. Melanie Klein señala cómo desde el nacimiento los impulsos buscan la relación con el objeto, nuestro mundo es relacional.
  2. El trastorno mental en gran parte es la expresión de problemas relacionales y hay un continuum entre salud mental y trastorno mental. En el modelo evolucionista se plantea que nuestra mente se construyó para la vida en comunidad pero que esta vida social crea muchas tensiones emocionales. Considera Melanie Klein que en la ansiedad es fundamentalmente una expresión de agresividad.
  3. Las dos teorías consideran al juego como un entrenamiento y una expresión de emociones y aprendizaje de la vida en común. Para Melanie Klein el juego es un elemento central en su modelo de tratamiento psicoanalítico
  4. Las dos teorías consideran que el bebé tiene intensas vivencias en relación a su situación de dependencia y a sus vínculos con sus cuidadores y con la comunidad
  5. En el modelo evolucionista la teoría competición-colaboración y la teoría kleiniana envidia-gratitud comparten la perspectiva de que el conflicto con el manejo de la agresividad es clave en la salud mental.

Anexo

El consultorio de Melanie Klein. Norte de Londres

   

      

Referencias

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