aperturas psicoanalíticas

aperturas psicoanalíticas

revista internacional de psicoanálisis

Número 003 1999

Diferencias de localización hemisférica entre estímulos displacenteros conscientes e inconscientes, y entre estímulos placenteros y displacenteros

Autor: Bleichmar, Hugo

Palabras clave

Amigdala, Cerebro, Condicionamiento, Consciente, Emocional, inconsciente, Localizacion..

 

Morris, J.S., Öhman, A. y Dolan, R.J. Conscious and unconscious emotional learning in the human amygdala. Nature, 393, 467-470 (4 Junio 1998).

Los estudios en animales y en pacientes con daño cerebral muestran el rol crucial de la amígdala cerebral (pequeña zona en forma de almendra localizada en la profundidad del lóbulo temporal de ambos hemisferios) para el aprendizaje emocional, especialmente para el miedo (Ledoux; Bechara; LaBar; Adolphs).

Este trabajo de Morris y col.  es el primero que muestra  en personas normales cómo la amígdala cerebral interviene en el condicionamiento emocional a estímulos de miedo pero, sobre todo, cómo la amígdala del cerebro derecho es la activada cuando el condicionamiento al miedo es inconsciente, mientras que la del izquierdo lo hace cuando el condicionamiento es conocido por la conciencia. En este proyecto, en el que participaron investigadores del University College Hospitals School of Medicine (Londres), Wellcome Department of Cognitive Neurology (Londres) y del Karolinska Hospital (Estocolmo), se mostró que:

 

a) Cuando se establece una condicionamiento entre un estímulo atemorizante (sonido brusco de gran intensidad), por un lado,  y una cara enojada que se muestra con una duración inferior a la percepción consciente, es decir estímulo inconsciente, luego, al mostrar sólo la cara (estímulo condicionado inconsciente) sin el ruido (estímulo incondicionado), la amígdala que se activa es la derecha.

b) Cuando el condicionamiento se produce entre ese mismo ruido (estímulo incondicionado) y la cara que se muestra con suficiente duración para que la capte la conciencia, la amígdala que se activa es la izquierda.

Estos y otra serie de experimentos permiten concluir a los autores "La ausencia de actividad en la amígdala derecha en la situación de condicionamiento no oculto (consciente), cuando el sujeto puede relatar acerca de la presencia del estímulo condicionado (la cara es vista conscientemente) indica que la percatación consciente, tales como la participación de los sistemas del lenguaje, pueden inhibir esta  respuesta nerviosa (se refieren a la de la amígdala derecha)" . "Esta propuesta es coherente con los datos que muestran que los pacientes con 'cerebro dividido' (se refieren a los que tienen cortadas las conexiones entre ambos hemisferios) tienen una respuesta neurovegetativa mayor cuando el estímulo visual es mostrado enmascarado (inconsciente) al cerebro derecho  que cuando es presentado al descubierto (consciente) y capaz de ser relatado verbalmente" (lo que está entre paréntesis y la negrita son agregados).

También señalan, citando los trabajos de Kringer y col., que si se muestran inconscientemente (con duración de presentación por debajo del umbral de conciencia) palabras  con marcada carga afectiva, estas palabras producen efectos psicofisiológicos mayores que si se las muestra como estímulos que el sujeto capta conscientemente. Los autores señalan que el procesamiento consciente atenúa las respuestas emocionales de la amígdala.

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Comentario: la conclusión más importante de este trabajo para el psiconálisis y la psicoterapia consistiría en que los condicionamientos traumáticos inconscientes tienen una distinta localización que los que son registrados conscientemente y, sobre todo, que  activan más neurovegetativamente al sujeto, lo que podría tener implicancias para las enfermedades psicosomáticas. Además, el poder hacer consciente, el poder relatar (poner en palabras) un condicionamiento emocional inconsciente atemorizante produce efectos inhibitorios en la amígdala derecha, que pertenece, precisamente, al hemisferio que los estudios neurofisiológicos han mostrado que se activa más ante los estímulos displacenteros. En efecto, los estudios de Sutton y Davidson, como veremos a continuación  muestran que el lóbulo prefrontal izquierdo está  relacionado con los estados placenteros y el lóbulo prefrontal derecho con los displacenteros.
 

1) Sutton, S.K., Davidson, R.J. & Rogers, G.M. (1996) Resting anterior EEG asymmetry predicts affect relating information processing. Psychophysiology (September, 1996).

Se estudiaron 82 estudiantes de ambos sexos en relación a la asimetría que presentaron en la  actividad eléctrica, registrada mediante una electroencefalografía sofisticada, entre el cerebro izquierdo y el derecho. Una vez que se clasificó a los sujetos de la experiencia  en base al predominio de uno u otro hemisferio, se les mostraron al azar pares de palabras con valencia afectiva positiva,  negativa o neutra.  El resultado fue que aquellos que tenían una mayor actividad de la región cerebral anterior IZQUIERDA  tendían a elegir más palabras positivas, mientras que aquellos con predominio en el electroencefalograma del hemisferio DERECHO tendían a seleccionar más palabras negativas.

2) Sutton, S.K., Ward, R.T., Larson, C.L, Holden, J.E., Perlman, S.B y Davidson, R.J.Psychophysiology (September, 1997). Asymmetry in frontal glucose metabolism during appetitive and aversive emotional states: an FDG-PET study.

En este trabajo se trató de lograr una mayor precisión en la localización dentro de cada hemisferio de las áreas que se activan con estímulos placenteros y displacenteros, intentando progresar sobre el trabajo anterior en que sólo se localizaba la parte anterior del cerebro sin especificar zona.
Se utilizó  el PET (tomografía de emisión de positrones) para la localización anatómica del área activada y 18-fluorodeoxyglucosa (FDG) como marcador de actividad cerebral.

A 8 sujetos se les presentaron imágenes  atemorizantes (cuerpos mutilados, serpientes, etc.) e imágenes placenteras (comida deliciosa, animalitos domésticos, etc).

El análisis estadístico mostró que los estímulos displacenteros producían más actividad en la corteza prefrontal DERECHA, y que los estímulos placenteros mostraban más actividad en la corteza prefrontal IZQUIERDA.

Ver, también:
- Ledoux, J.E.  (1996) The emotional brain. New York: Simon & Schuster (Hay traducción en castellano: El cerebro emocional)
- Bechara, A., Tranel, D., Damasio, H., Adolphs, A., Rockland, C., Damasio, A. R. (1995). Double dissociation of conditioning and declarative knowledge relative to the amygdala and hippocampus in humans. Science, 269 (5227), 1115- 18.
- LaBar, K.S. y col. (1995) Impaired fear conditioning following unilateral lobectomy. J. Neuroscience, 15: 6846-6855
- Adolphs, R. y col. (1997) Impaired declarative memory for emotional material following bilatera damage in humans. Learning Memory 4, 291-300.

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